viernes, 14 de marzo de 2014

Última cruzada: dormir



Mañana, el despertar de Rocío será menos divertido que el de otros días, porque sus "caprichitos" de última hora, le han traicionado un poquito.


Es una niña muy dependiente de los demás y, además, la hora de dormir, es todo un ritual.


En primer lugar no quiere dormir sola. De hecho, cuando dormía con su hermano mayor, Eloy, Si algún día su hermano le hacía enfadar por alguna tontería, yo le decía: "muy mal Eloy, ahora te vas a dormir al sofá para no molestar a Rocío"; y ella salía corriendo en su defensa:"pero si no me ha hecho daño de verdad, si ha sido jugando, ¿a que sí Tete?,¿a que tú me quieres?, ¿ahora ya puede dormir en mi cama?". ¡¡¡Menuda convenenciera!!!


En segundo lugar hay que mandarla unas diez veces para que vaya a hacer pipi antes de meterse en la cama, porque parece que no quiera desvincularse de lo que es suyo, pero claro, eso luego trae las consecuencias de que la vejiga tiene un límite y, cuando está ya al lado del aseo siempre se le escapa una gota en las braguitas en el último momento.


En tercer lugar, no sé que problema tiene con sus dientes pero, nunca se los quiere lavar y, cuando lo hace, puede estar quince minutos de reloj jugueteando con el agua en la boca: la cojo, la mareo en mi boca, la expulso con más fuerza, ahora con menos, ahora hago punterías...


El cuarto paso es el de meterse en la cama: "mamá, no me apagues la luz; mamá, no me cierres la puerta; mamá, ¿mañana dónde vamos?, ¿qué vamos a comer?, dame un besito;¿te quedas conmigo?; ¿y tú ahora qué vas a hacer?...


Y cuando ya la tienes acostada, tapada, sin dudas y con todas las preguntas resueltas ,entonces sales por la puerta deseándole buenas noches de mil dulces formas diferentes y enviándole millones de besos, en ese momento en el que ya te falta solo cuatro dedos para terminar de cerrar la puerta de su cuarto... surge la gran exclamación: "mami... traeme agua".¡¡¡¿¿¿No has podido pedir el agua antes???!!!


Pues hoy, como Paula se ha tomado un vaso de leche y se ha dormido antes de que a ella le diese tiempo a reclamar nada, ha intentado seguir los pasos de su hermana pero, como a Rocío no le gusta la leche (bueno, realmente lo único que le gusta es el agua, y si se esfuerza mucho bebe leche, zumo de piña y horchata , pero sólo eso), sólo se ha bebido dos tragos y se ha ido a dormir rapidísimo, porque así tenía dos ventajas: su hermana aún no estará dormida del todo para no sentirse sola, y que no repasa un poco de conocimiento del medio.


Como ha ido con toda la idea de ser un calco de su hermana y no ha sido ella misma, ni ha tenido en cuenta sus necesidades pero sí sus conveniencias, cuando le he dado las buenas noches, le he dicho que mañana no la voy a despertar con cosquillas.


Quizás parezca una tontería pero, mientras grandes enfados no han conseguido más que acrecentar y endurecer la barrera hacia su autonomía, algunos pequeños "sobornos" de los que más le gustan a ella, están siendo claves en esta transición.


Y ahora también va siendo hora de que los demás vayamos desplegando nuestro ritual para irnos a la cama.



Como siempre: gracias por estar ahí.

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