Mañana,
el despertar de Rocío será menos divertido que el de otros días,
porque sus "caprichitos" de última hora, le han
traicionado un poquito.
Es
una niña muy dependiente de los demás y, además, la hora de
dormir, es todo un ritual.
En
primer lugar no quiere dormir sola. De hecho, cuando dormía con su
hermano mayor, Eloy, Si algún día su hermano le hacía enfadar por
alguna tontería, yo le decía: "muy mal Eloy, ahora te vas a
dormir al sofá para no molestar a Rocío"; y ella salía
corriendo en su defensa:"pero si no me ha hecho daño de verdad,
si ha sido jugando, ¿a que sí Tete?,¿a que tú me quieres?, ¿ahora
ya puede dormir en mi cama?". ¡¡¡Menuda convenenciera!!!
En
segundo lugar hay que mandarla unas diez veces para que vaya a hacer
pipi antes de meterse en la cama, porque parece que no quiera
desvincularse de lo que es suyo, pero claro, eso luego trae las
consecuencias de que la vejiga tiene un límite y, cuando está ya al
lado del aseo siempre se le escapa una gota en las braguitas en el
último momento.
En
tercer lugar, no sé que problema tiene con sus dientes pero, nunca
se los quiere lavar y, cuando lo hace, puede estar quince minutos de
reloj jugueteando con el agua en la boca: la cojo, la mareo en mi
boca, la expulso con más fuerza, ahora con menos, ahora hago
punterías...
El
cuarto paso es el de meterse en la cama: "mamá, no me apagues
la luz; mamá, no me cierres la puerta; mamá, ¿mañana dónde
vamos?, ¿qué vamos a comer?, dame un besito;¿te quedas conmigo?;
¿y tú ahora qué vas a hacer?...
Y
cuando ya la tienes acostada, tapada, sin dudas y con todas las
preguntas resueltas ,entonces sales por la puerta deseándole buenas
noches de mil dulces formas diferentes y enviándole millones de
besos, en ese momento en el que ya te falta solo cuatro dedos para
terminar de cerrar la puerta de su cuarto... surge la gran
exclamación: "mami... traeme agua".¡¡¡¿¿¿No has
podido pedir el agua antes???!!!
Pues
hoy, como Paula se ha tomado un vaso de leche y se ha dormido antes
de que a ella le diese tiempo a reclamar nada, ha intentado seguir
los pasos de su hermana pero, como a Rocío no le gusta la leche
(bueno, realmente lo único que le gusta es el agua, y si se esfuerza
mucho bebe leche, zumo de piña y horchata , pero sólo eso), sólo
se ha bebido dos tragos y se ha ido a dormir rapidísimo, porque así
tenía dos ventajas: su hermana aún no estará dormida del todo para
no sentirse sola, y que no repasa un poco de conocimiento del medio.
Como
ha ido con toda la idea de ser un calco de su hermana y no ha sido
ella misma, ni ha tenido en cuenta sus necesidades pero sí sus
conveniencias, cuando le he dado las buenas noches, le he dicho que
mañana no la voy a despertar con cosquillas.
Quizás
parezca una tontería pero, mientras grandes enfados no han
conseguido más que acrecentar y endurecer la barrera hacia su
autonomía, algunos pequeños "sobornos" de los que más le
gustan a ella, están siendo claves en esta transición.
Y
ahora también va siendo hora de que los demás vayamos desplegando
nuestro ritual para irnos a la cama.
Como
siempre: gracias por estar ahí.
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