miércoles, 30 de abril de 2014

Madres con ilusión, con corazón pero sin derechos



Anoche estuve pendiente de una visita que vino a casa y, me quedé pensando en lo que podría a ser el día a día del futuro de mi hija como el de otras tantas chicas de hoy y de mañana que sean catalogadas como "inmaduras", con grados de distintos niveles, pero temerosas, cuando no impedidas de desarrollar sus roles de madres.

Por desgracia tuve la ocasión de escuchar las palabras entrecortadas por la emoción y el dolor de una abuela que llevaba un año sin poder ver ni saber nada de su nieta, porque, a su hija, diagnosticada con cierto grado de inmadurez, no sé exactamente el nivel, le quitaron al bebé recién nacido para dárselo a otro familiar que la había requerido ya desde el embarazo.

Esta chica ya tiene otro hijo de cuatro años que, mientras vivía con su pareja, padre de los dos niños, fue denunciada junto  a su pareja, por desatenciones al menor y por no disponer la vivienda de las necesidades higiénicas básicas (según les explicaron a la abuela).

En estos casos, Servicios Sociales se lleva a los bebés a un centro de acogida y, tras mantenerlos en observación, valoración y resolución de trámites, durante unas dos semanas, deciden quienes son los familiares más idóneos para dar guarda, custodia y patria potestad a estos menores.

Hasta aquí, y por beneficio de los pequeños, se puede llegar a entender la presión mediática de la acción de los Servicios Sociales, pero ¿por qué negarle a una abuela el derecho de ver  sus nietos, de tener noticias suyas y de no poder ver ni tan sólo una foto?

Conozco otro caso en el que una chica diagnosticada también con "cierto grado de inmadurez",  quedó embarazada de un chico al que ella consideraba su novio, pero de quien la familia sólo opinaba que "no le iba  a hacer ningún bien". El caso es que a poco tiempo de nacer su bebé, este chico murió. Ella quedó sola en casa de sus padres cuidando y criando a su hijo, pero con un inmenso temor de que Servicios Sociales le pudiera quitar a su hijo, porque no la consideraban apta para hacerse cargo de él.

He tenido la ocasión de conocer estos dos casos y supongo que habrá muchos más. En ocasiones queremos ser tan correctos que no nos damos cuenta del daño que estamos haciendo, porque muchas más gente sin ningún diagnóstico de inmadurez, no siente tanto amor por sus hijos como estas personas, aunque necesiten el apoyo de los abuelos para subsanar sus funciones parentales, pero ¿quién no necesita una ayuda, más o menos notable, para educar y cuidar de sus hijos?

Yo he sido hija, madre y espero llegar a vivir el papel de abuela algún día. Quizá de algún bebé por parte de Rocío, que también cuenta con la posibilidad, como estas chicas de ser diagnosticada con un grado de inmadurez, pero no creo que ninguna madre con este diagnóstico esté incapacitada para cuidar y querer a su descendencia, es más, creo que cuanto más infantil se es, más amor se puede dar, independientemente de que socialmente se actúe como se considere correcto.

Hay muchas madres y muchos padres sin estos diagnósticos que tampoco están educando o proporcionándoles a sus hijos lo que necesitan emocionalmente. Estamos aparcando los valores básicos y vitales para dar prioridad a los convencionales y sociales: nos preocupa más ponerle un chupete a un niño en la boca para apagar su llanto mientras compramos cervezas, que abrazarlo para apaciguar su llanto mientras vemos Doraemon; también vemos con mejor cara a los padres que están trasnochando con los amigos mientras los niños están conectados a la tablet, que a los padres que juegan tirados en el suelo con sus hijos y comparten sus emociones.

 Realmente hay educación, valores, amor, respeto en todas estas escenas que acabo de relatar; pero si dejamos por un momento de mirar con nuestros ojos y probamos el punto de vista de los niños, ¿que es lo que necesitaríamos?, ¿es necesario que un niño esté herméticamente separado de su familia biológica porque su madre sea más infantil que otras madres?¿y dónde quedan aparcados los derechos de las abuelas y de los familiares a los que también se les han arrebatado los derechos de comunicarse con su más reciente descendencia?

Este verano he de solicitar una nueva valoración sobre el grado de minusvalía que se le conceda a Rocío. Dependemos de muchas cosas: notas, valoración del psicólogo del cole, valoración de la logopeda del cole y también los informes de distintos especialistas del Hospital La Fe de Valencia. Esta valoración y los grados que le concedan sólo van a servir para rellenar un folio más, porque lo que realmente sirve es tener fuerza cada día para superar cada piedra que la vida te va dejando caer encima, cada una diferente, pero también es verdad, que cada una te hará más valiente y que aprenderás cosas que antes ignorabas y que valorarás otras que antes menospreciabas. Cada día es una experiencia; cada experiencia una lección; cada lección un triunfo y cada triunfo una nueva vida.

Esta vez doy las gracias a todas aquellas personas que luchan por su día a día sea cual sea la valoración que reciban de quienes les rodean y más aún de quienes pasan por su lado mirándolas con "sin-valor" y enhorabuena a quienes valoren los esfuerzos de quienes están a su lado y a su alrededor, porque es posible que sin saberlo, con su mirada de apoyo le estén dando fuerzas para seguir en pie. Por todo esto y mucho más, gracias  por estar ahí.




lunes, 28 de abril de 2014

Hermana mayor (foto real)



Indudablemente, Rocío está cambiando su conducta y su forma de ver las cosas de una manera muy favorable para su futuro. Supongo que, el hecho de ser la hermana de en medio, la está haciendo vivir situaciones que, de no ser así, no tendría que luchar por mantener su estatus y su condición.

Cuando nació era la pequeña de la casa y, además todos la esperábamos con muchas ganas, en especial su hermano, que aunque sólo tenía siete años, ya se ofreció para regalarle su riñón, si eso era lo que le hacía falta para que se viniese a casa.

Siempre ha estado rodeada de mucho amor y de muchas atenciones, pero por suerte para todos, el hecho de no ser la primera hija en nuestra familia, no la ha excedido de sobreprotección. a ello también la ha ayudado que yo estuviese profesionalmente dedicada a los niños entre cero y tres años. Todo esto ha dado lugar a estimularla desde bebé y en casa, a ver y valorar dificultades evolutivas que quizás de no ser por la profesión no habría advertido, y claro está, se me han escapado detalles de salud y emocionales ya pasada cierta edad, que son difíciles de percibir si no eres profesional en la materia.

Al llegar Paula, mi hija pequeña, la familia se reestructura, y Rocío cuenta con cinco años y medio. La conducta de Rocío empieza a cambiar desde  que Paula nace, sobretodo contra su hermano, quien se muda de cuarto con ella, a su habitación nueva, pero por muy chula que sea la habitación,  Rocío el cambio no le sentó muy bien.

Además, cuando Paula cumple un año y coincidiendo con su entrada en primero de Primaria (mayores exigencias que en Infantil), yo empiezo a trabajar fuera de  la provincia y salgo temprano de casa y vuelvo a media tarde, pasa mucho tiempo en casa de los abuelos y mi atención se ve muy reducida en relación a lo que estaban acostumbrados todos, es otro cambio importante, otro bajón, por muy alegre que ella se, las rabietas, por cosas insignificantes están a la orden del día.

Rocío luchaba por seguir siendo pequeña, quería seguir siendo niña, quería ser sobreprotegida, pero no sólo en casa, sino también en el cole, pero todo su mundo se había vuelto del revés: ya las cosas no las recogían las amigas, sino que cada cual debía recoger las suyas; en casa mamá ya no estaba para todo, sino que había poco tiempo para todo; los abuelos ahora tenían que repartir su atención entre las dos, y estaba enfadada con el mundo.

 Además, su hermano mayor, el que dormía con ella por las noches, se había vuelto a su cuarto y la había dejado a cargo de una bebé que poco podía hacer por ella y, creo que eso, no lo ha llevado bien; de hecho, hasta hace poco, todo le molestaba de Eloy, era como si no le hubiese perdonado que la abandonase en su cuarto; pero es evidente que las dos niñas necesitaban compartir habitación, y el chico, con catorce años, ya necesitaba intimidad.

En este, casi año y medio que llevo en casa con todos, estamos intentando poner a cada uno en su lugar y, aunque el dinero no sea lo que más haya abundado en esta casa, hay cosas que tienen más valor aún. Conseguir un poco de equilibrio familiar, a veces no es fácil y alguna que otra crisis nos ha costado, la verdad; pero vale la pena observar las distintas situaciones que se te pueden presentar y abordarlas entre todos. Ser árbitro familiar a la vez que ir dictando las normas cuando no todas las condiciones son las mismas en todos los hijos, no es tarea fácil.

Hoy en el parque nos ha demostrado que se reconoce mayor que Paula, que acata las normas que le corresponden y que se va a mostrar más participativa sin nervios, ni ansiedades (aunque esto será más lento), y que el hecho de hacerse mayor y que tengas más obligaciones y responsabilidades no implica que te quieran menos, sino que te valoran por motivos diferentes: tus propios méritos.

Si cuando yo era como ella pensaba en algunas ocasiones lo difícil que era ser hija y tener que hacer lo que te dijesen, era porque aún no sabía lo que era ser madre y consecuente de cada  orden que das, de cada tono que empleas y de cada beso que entregas. Ser madre es luchar continuamente por un futuro que no será el tuyo con un pasado que hoy estás marcando tú.

domingo, 27 de abril de 2014

Mamá, mamá,mamá...



Espero que en el blog de hoy, alguien se sientan identificad@, porque esta es una de las facetas que menos me gustan de mi hija.

El viernes tuvimos dentista para Paula y en los veinte minutos que estuvimos en consulta sin parar de hablar de Paula, ella interrumpió la conversación cuatro veces.

Por más que le repita que “cuando los mayores hablan, los pequeños se callan” y por más que le regañe cuando interrumpe para preguntar tonterías, como la hora, qué vamos a cenar, si va a venir alguien a casa o dónde vamos a ir después; siempre tiene que interrumpir las conversaciones ajenas a ella.

Desde pequeña, le gustaba tener a gente en casa aunque ella luego se fuese a ver los dibujos al cuarto. Después fue haciéndose a la gente, se hizo muy sociable y, hasta el día de hoy, que sólo quiere estar rodeada de amigos, dando igual la edad que tengan.

No lleva bien no ser el centro de atención, necesita estar siempre con todo el mundo pendiente de ella, y que todos nos preocupemos por ella: siempre lo suyo tiene que ser lo más importante.

Es increíble la habilidad que tiene para ver las cosas llamativas que hacen los demás, pero para pillar las cosas del cole nos cuesta un poco más. Además empieza a entrometerse en las cosas que no le corresponden y, cuando se organiza todo para que ella pueda compartir la actividad contigo, los cinco minutos ya se ha cansado y se te va para otro lado.

Para estudiar, debe estar acompañada, para no descentrarse, y así va hablando de todo lo que se le cruce por la mente, pero podemos controlarlo porque se expresa y la podemos redirigir su atención. Cuando Rocío no habla, no sé lo que hay en sus pensamientos, entonces si yo interactúo con ella y la hago ser física y mentalmente colaboradora con la tarea que estamos trabajando.

Cuando estamos con otras personas y ella interactúa para llamar la atención, no tengo claro lo que pasa dentro de su cabecita, ni porqué lo hace exactamente, pero poco a poco, conseguiremos descubrirlo.

Lo cierto es que estamos evolucionando mucho; que la estabilidad familiar que tenemos ahora la está ayudando mucho, por eso espero que consigamos unos buenos hábitos, y que su competitividad con Paula (su hermana pequeña), la lleve a luchar por ser cada día mejor que el anterior y dar de sí cualidades de calidades que ella misma no sabe aún que posee, pero que la ayudaremos a descubrir.


Como en cada publicación, gracias por estar ahí y compartir este momento.   

jueves, 24 de abril de 2014

Entender, comprender y asimilar



Cuanto más tiempo pasamos sin estrés ni prisas, más cuenta me doy de que mi hija necesita más tranquilidad para asimilar las cosas que otros captan antes.

Esta mañana hemos estado contando las monedas de su hucha y, cuando contábamos los euros, todo iba genial porque una moneda es igual a una euro, pero al llegar a los céntimos, la cosa se ha complicado hasta tal punto que su hermano  intentaba ayudarla a contar y, mientras yo probaba por hacer filas con las monedas ordenadas según su valor, para que empezase diferenciándolas, su hermano optaba por que contase cada valor de las monedas siguientes.

Mi forma de enseñarla era grupal y el de mi hijo, acumulativo. Al final, comenzando por el sistema grupal y acabando por el acumulativo, hemos conseguido una pequeña parte, que es reconocer a simple vista todas las monedas por su valor y contar el total de las monedas de euro, las de cincuenta céntimos y las de diez céntimos.

Para mañana seguiremos con las de cinco céntimos, las de dos, y las de uno y, espero que a la peque no se le ocurra dedicarse también a contar las suyas porque, entre que cada una quiere defender su montón y que ninguna sabe contarlas, el ejercicio de recuento, acabará pronto para dar paso  a una guerrilla de "mellizas de diferente edad".

Creo que será divertido, tanto como estudiar conocimiento del medio con la tablet, conectando a Rocío al "google earth" y le ha encantado, porque todo lo que habíamos estudiado en el libro y mediante dibujos, aparecía entre impresionantes imágenes en su pantalla. Además, ha podido darse una vueltecita por el espacio. Así es la magia de internet.

Por la tarde hemos estado en el campo empezando  organizar todo para la comunión y, ha limpiado como una niña mayor, ha prestado atención a todas y cada una de las explicaciones que se le daba y ha ayudado a su hermana en todo lo necesario. Realmente ha tenido una conducta espectacular, salvo cuando una abeja se ha paseado por su pelo, pero su reacción no ha sido tan efusiva y estridente como  otras veces.

 Hemos tenido un gran día, digno de repetir. Gracias por dejarme compartir estas cosas con vosotr@s.

miércoles, 23 de abril de 2014

Lazos y cordones



En estas vacaciones, estamos aprovechando para prepararnos la recta final del curso y, sin olvidar que estamos sin clase, vamos a reforzar esos puntos que nos flaquean para que luego sea más llevadero el día a día.

Estamos trabajando de todo pero desde otro ángulo: estamos dibujando y manipulando mucho de todo para poder hacer más cercano cualquier entendimiento, porque soy de las que piensan que para adherir una lección, nada mejor que sentirla.

Quizá me esté tirando a profesionales contra mí pero siempre defenderé la experiencia sobre memorizar la experiencia de otros; y, cuando te encuentras con el "problema", por llamarlo de alguna manera, de una niña que necesita entender lo que le están enseñando en clase y con las explicaciones del aula no le son suficientes, debes recurrir a todo para que consiga el nivel mínimo para sobrevivir a las evaluaciones.

Desde contar las monedas de la hucha para reconocer el valor de cada moneda y no quedarse con la sensación de contar sólo un montón de monedas; utilizar el reloj de la comunión para ir aprendiendo el sistema analógico en lugar del digital, porque usas más habilidad mental; poner y quitar mesa antes y después de cada comida; recoger y revisar el aseo cuando acaba de ducharse; y algo tan básico como atarse los cordones de los zapatos.

Lo cierto es, que hasta ahora, Rocío no había tenido la ocasión de aprender a atarse los cordones porque no tenía zapatos con cordones y, en los pantalones de chándal siempre le estiraba hasta sacarlos de la cinturilla.

 El cambio de temporada nos ha dado pie a usar unos zapatos de cordones, eso sumado a un tiempo libre de lujo, nos da pie a poder aprender lo que el estrés del día a día nos niega, porque bajo presión las cosas no nos salen bien.

El comienzo fue muy entusiasta, pero duró poco. Cuando las cosas no salen a la primera, la frase que nos ampara es: "es que no puedo" y la que nos debe resolver la situación: "no sabes, pero sí puedes; sigue intentándolo y verás qué bien".

Le dije que yo tardé un fin de semana entero para aprender, y su padre le dijo que él había tardado cuatro días y, el hecho de ver cómo a ella no le salía bien pero que todo el mundo era paciente y le repetía siempre lo mismo para que no se desanimara, la llevó a autoconvencerse de que podía, que cada vez estaba más cerca y que al final, lo consiguió.

La felicidad de su mirada, de sus gestos, de su voz de toda ella entera, fue maravilloso. Tan especial se sintió y tan mayor se sintió, que al día siguiente no me dejó que le tocase sus cordoneras: cuando fui a ayudarla a anudarse sus zapatos, me dijo que me fuese que ella sola sabía. En cinco minutos ya estaba preparada para irnos y con los zapatos atados.

Mi hija se está haciendo mayor día a día y eso es algo que antes no quería ver, quizá por estar demasiado ocupada en su salud pero, el tiempo corre para todos por igual y la edad social no perdona. Hoy es el momento de corregirle otros errores, pero estos son los míos, los educativos, los que no hacen sangre, pero que puede que la molesten un poquito, porque ha dejar de ser una "niña entre algodones" para ser una "niña más".

Gracias por seguir ahí y seguir así.  


miércoles, 16 de abril de 2014

Cara a cara



Hemos empezado con buen pie las vacaciones; hemos aprovechado para acabar los deberes que teníamos pendientes del cole y, más increíble aún: hemos tenido una actitud excelente.

Esta mañana, mientras he salido a comprar, Rocío y sus hermanos se han quedado en casa (ya estamos de vacaciones) desayunando tranquilamente y recreándose cada uno con lo que más le apeteciese. A mi regreso, he recuperado a mi hija y me la he llevado a la cocina para que, mientras yo preparaba la comida, ella hiciese sus tareas.

Aunque pretendía que yo le resolviese los ejercicios, sabia cómo salir del paso fingiendo estar más ocupada de lo que estaba. de manera que la hacía volver a repetir el enunciado como si no hubiese atendido a la primera lectura y, después de releerlo un par de veces para, supuestamente, hacérmelo oír a mí, entonces la abordaba con la pregunta: "¿tú que crees que dice ?.

Mi sorpresa era que, a diferencia de otras veces, no se hacía la remolona, ni la quejicosa, simplemente se dedicaba a intentar explicarlo y, muy pacientemente, hemos conseguido llegar a buen puerto. También es cierto que el tema de Mates de hoy era Estadísticas, llenas de figuras y colores, barras y gráficas y es todo muy palpable y fácil de explicar. No todo el mérito es sólo nuestro, el tema también acompaña.

A estado un par de horas y se despistaba constantemente con cualquier tema cotidiano que nada tenía que ver con las Mates, y le contestaba con toda normalidad como si estuviésemos de tertulia pero, cuando enrolaba tres preguntas seguidas le cortaba la retahíla y le recordaba que ahora tocaban deberes y había que poner ganas para acabar pronto y hacer las cosas que nos gustan. Y lo mejor de todo, que ponía interés.

Os dejo con buen sabor de boca y con la esperanza de que todos vuestros peques consigan disfrutar con los esfuerzos que les conlleva su día a día y que nosotr@s intentaremos endulzar siempre en su justa medida.

Gracias como siempre por estar ahí.

martes, 15 de abril de 2014

Entrega de notas y evaluación de resultados.



Tras un largo trimestre de preocupación intensiva por aprobar todos y cada uno de los exámenes y, lo que es más aún, por adquirir todos los conceptos que exige este ciclo de primaria, ha llegado el boletín de notas a casa.

Cuando he visto a Rocío bajando las escaleras con sus notas en la mano medio escondidas porque sabía que le habían quedado dos asignaturas, me he quedado paralizada, expectante y deseosa de saber cuál asignatura debíamos reforzar estas vacaciones, además de Conocimiento del Medio.

Al abrir el boletín y ojear rápidamente el papel informativo, no ha sido difícil localizar los dos suspensos, pero ante mi gran sorpresa es que la otra asignatura "pendiente" es educación artística (música). No tiene destreza con la flauta o no hace los deberes de música, porque a mí siempre me dice que el libro de música se tiene que dejar en clase, y entonces siempre voy perdida.

No hay duda de que debemos repasar de todo un poco y adelantarnos a lo que nos espera en el próximo trimestre, así que dos o tres horas al día las dedicaremos a repasar, eso sí. sin dejar de hacerlo divertido, para que las vacaciones no dejen de sentirse como vacaciones. Hay tiempo para hacer de todo y espero que Rocío me acompañe en esta cruzada para y por sí misma.

Hoy están agotadas por las actividades lúdicas que han desarrollado en su escuela y se queja de dolor de piernas, pero su dolor sé que es efecto del cansancio y de no parar de jugar en el parque. ¡¡¡Bendito dolor llamado agujetas!!!

Disfrutaremos estos días como nos merecemos, porque nos los hemos ganado a pulso, aunque nos sigan quedando dos asignaturas, las mismas que en el primer trimestre, al menos hemos cambiado nuestra actitud y nuestra forma de trabajar. También vamos dando pasos sobre cómo adquirir nuevos conocimientos, empapándonos de nuevos conceptos y cómo no, haciéndonos eco de los hábitos que deben ser parte de la vida de un niño en cuanto a escolarización se refiere, sin olvidarnos de que son niños y que nosotros también lo fuimos algún día.

Gracias por estar al otro lado y ser eco de mis palabras.

lunes, 14 de abril de 2014

Aroma de vacaciones



Hemos tenido un día acelerado pero desestresante  Aquí hacemos para estos días una especie de bollo que se llama "fogaseta" y se come el Lunes de Mona, que es el inmediato después del Domingo de Resurrección.
Yo tengo por costumbre hacerles las "fogasetas" cada año, y me encanta compartir ese momento de amasar, hacer las bolitas para que fermenten, y nos lo pasamos poniéndole el azúcar por encima, porque acamos muy pringadas y goloseando más de la cuenta. Me encanta esta sensación de que las vacaciones están a la vuelta de la esquina.

Mañana van todos los niños de excursión a un parque que hay cerca del cole y se llevarán sus "bollos fogasetas" para almorzar y jugar con juegos de toda la vida, de esos que no necesitan pilas, ni pantallas, ni internet, ni nada que se le parezca.

Será un gran día para todos porque es uno de los momentos en los que todos, tanto  niños como mayores, se dedican a ser niños y a disfrutar del día, de la compañía y de los demás.

Espero que disfruten todos mucho porque ha sido un trimestre muy pesado y necesitan liberar tensiones y jugar y sentir que tienen dos semanas de vacaciones por delante para descansar y cargar las pilas, de manera que estén a cien por cien en la recta final del curso.

Para irnos con buen sabor de boca, Rocío ha sacado un 5 en su examen de Conocimiento del Medio, está contentísima porque dice que Cono es muy difícil y que casi todos los niños de la academia suspenden y ella ha aprobado.

No puedo pretender que sea consciente de nada de su Comunión estando tan interesada en que las cosas del cole le salgan bien, me conformo con que disfrute esa día, que las notas sean satisfactorias y que sepa disfrutar de sus amigas, porque vuelve a echar de menos a su amiga que está lejos.

Qué complejo es ser mamá e intentar que todo sea perfecto para todos. Hace veinte años pensaba en lo difícil que era ser hija y cuántos errores no cometería en un futuro, pero aún no sabía lo que significaba ser madre y hoy entiendo tantas cosas; tantas como las que no entiendo desde el punto de vista de abuela, pero supongo que aún tendrán que pasar otros veinte años más para entenderlas.

Lo difícil que es entender los roles que aún no hemos desempeñado, pero es imperdonable olvidar cuáles eran nuestras prioridades y deseos cuando nos vestíamos con esos hábitos que ya nos quedaron pequeños.

Desempolvemos esos trajes pequeños y disfrutemos con nuestros niños como ellos se merecen y de toda la vida que aún nos queda por vivir. Y  con esta frase tan llena de ilusión y buena fe, os doy las gracias por vuestra paciencia y por seguir al otro lado.

viernes, 11 de abril de 2014

La llave maestra



Esta mañana se me ha vuelto a plantear el caso de que Rocío repita curso. En el claustro de este trimestre, han aparecido varios nombres con los que se baraja la posibilidad de que repitan curso y, aunque la tutora no creía en la posibilidad de que Rocío repitiese porque lleva una evolución positiva, que le cuesta llegar a algunos conceptos de algunas asignaturas pero que confía en que pueda llegar.

De todas formas e independientemente de mi opinión y de la de la tutora, el planteamiento está encima de la mesa. Según vaya evolucionando en este tercer trimestre y del resultado que se obtenga del estudio del psicólogo se resolverá la incógnita.

Sigo luchando por encontrar una respuesta a esta forma de aprender o quizás a esta forma de enseñar. Mi vida profesional siempre ha estado dirigida a los niños de hasta tres años y quizás por esta base, considere que hay algo que falla en el sistema educativo general. No creo que los niños realmente aprendan lo que, en principio se plantea enseñar, sino que memorizan y vomitan lo que acaban de imantar de un libro para trasladarlo al examen.

Esto no es aprender, sino un copia y pega que no les está educando, que no les está enseñando nada y tampoco les está dejando disfrutar de su infancia. El aprendizaje interiorizado, viene de la experiencia: lo que vives nunca lo olvidas.

 Y creo que esta es la clave: vivir experiencias, desarrollar habilidades y jugar con los conceptos.

Hoy la tutora me ha hecho una pregunta interesante:" ¿tú crees que realmente se queda con los conceptos?" Y la respuesta...no la sé. Quizás porque yo sé que Rocío sí tiene memoria para lo que ella considera importante, para lo que ella le da valor pero saber que el censo nacional se revisa cada diez años, puede que no lo considere digno de ocupar su memoria, pero ¿cuántos niños  de su edad consideraran oportuno tener constancia de ello?. Igual que saber que en la comunidad autónoma del País Valenciano hay alrededor de quinientas cuarenta localidades; quizás me equivoque pero creo que pocos niños recordarán después de vacaciones datos como esos.

Rocío juega con la ventaja de que cuando aprende algo, realmente lo aprehende y lo recuerda pase el tiempo que pase. Pero cuando no siente interés por algo, es como si no viese ni oyese lo que hay ante sí.

Con todos estos días de apoyo y refuerzo con ella, me he dado cuenta que para ella lo importante del colegio era trabajar bien con la logopeda porque descubría que así se la entendía mejor y que tenía un refuerzo inmediato, de manera que las clases con sus compañeros, eran como un pasatiempo para ella. Este es el primer año que le veo interés en acabar tareas y en tener resultados positivos en el aula y en ser aceptada por sus compañeros, hasta ahora sólo se dejaba llevar por la corriente, dejaba que todos se esforzasen por ella; pero este último año está despertando en sí el concepto de lograr cosas importantes por sí sola.

Si este año repitiese, sería todo un fracaso para ella, porque cuando más se está esforzando la desvincularían de su grupo y volvería, como en este primer trimestre tras la marcha de su amiga a Francia, a tener que buscar una nueva figura de apego.

 No puedo permitir que todo esto suceda. Así que cada día renovaré mis fuerzas e intentaré multiplicar mi tiempo pero, los hijos dependen de sus progenitores y por ellos va mi esfuerzo.

Hoy estoy valiente, puede que sea el efecto del café que tomé esta tarde, pero me alegro de haber dejado por escrito este legado, porque así podré volver  leerlo cada vez que las fuerzas me fallen y la voluntad se me anule.

Gracias por estar ahí y por compartirme desde tan distintos puntos del mundo. Buen fin de semana.

jueves, 10 de abril de 2014

...¿y yo qué?



Desde hace algún tiempo, el comportamiento de Rocío en casa esta cambiando. No sé si será el trato de casa o la conducta con algunos de sus compañeros de clase.

Con Paula (mi hija pequeña), su conducta es muy competitiva y de mando. No quiere que su hermana le gane en nada, le gusta sentirse vencedora en todo lo que hagan a la vez como correr por la calle, subir las escaleras o comer y desayunar. Juntas son un reto constante, es la lucha de "¿por qué yo no?". Y además, ninguna de las dos quiere perder.

En parte, esta competitividad me viene bien para que se vayan superando mutuamente y así se vayan haciendo cada vez más autónomas, ya que el hecho de que siempre quieran ser mejores, les lleva a vestirse solas, recoger sus cosas, comer como deben, ducharse bien...

El mayor conflicto en su autonomía, creo que lo encontró cuando su amiga Ainhoa se fue a Francia a mitad del primer trimestre y su mayor apego se le escapó. Aunque es una niña muy sociable, se quedó descolgada, porque la otra amiga con la que compartía muchos momentos era Lorena, pero esta niña la trata como un bebé pequeño, la mima, la cuida, le hace todo lo que está en su mano para que ella esté bien, hasta la ayuda a ponerse la chaqueta y le ayuda a bajar la mochila.

Todos estos detalles son los que la han ayudado a vincularse con sus iguales, pero a su vez nunca ha dejado de ser la "bebé" del grupo. Al unirse a Ainhoa, y separarse un poco de Lorena, ella se ha ido haciendo más autónoma pero, al irse Ainhoa, se ha quedado descolgada y, por alguna razón ya no se siente tan cómoda con  las atenciones de Lorena. No deja de serle cómodo que la atiendan, pero ya quiere ser ella misma.

En ocasiones comparte actividades con otras niñas de su clase que son más tranquilas y con las que también hace muy buenas migas: las amigas de las pulseritas, otra niña que va y viene sola al cole y que ha encontrado en Rocío una amiga con la que compartir un ratito de patio y también de parque, con otras compañeras de clase que no le resuelven los problemas, pero que sí la aconsejan sobre como resolverlos.

Creo que Rocío está dando un cambio en su personalidad y en su forma de resolverse socialmente. Esperemos dar los pasos adecuados para que ese paso sea lo más beneficioso para todos posible.

Lo cierto es que está madurando, quizás no lo haga al mismo ritmo de sus compañeras pero ¿cuál ritmo es el adecuado?; ¿no nos estaremos equivocando intentando que los niños maduren tan pronto que en ocasiones parecen adultos en miniatura?; ¿por qué a veces tengo la sensación de que nos da envidia que ellos sean niños y nosotros ya no podamos volver a serlo?; ¿es mi hija una niña inmadura o realmente está disfrutando de la vida que tanto le ha costado mantener?.

Éstas son sólo algunas de las preguntas que muchas veces me hago y entre ellas me surge una muy importante: " si yo hubiese pasado por todo lo que ella ha pasado, ¿daría tanta importancia a las mismas cosas que se las da quien no lo haya pasado, o nuestras formas de ver la vida sería totalmente diferente?

Cada vez que lo pienso, lo tengo más claro: ella no es inferior, es diferente y hay cosas en esta vida a las que aún  no le ha encontrado el porqué pero, sinceramente, yo tampoco.

miércoles, 9 de abril de 2014

Agua entre los dedos



Esta tarde ha sido una de las más decepcionantes de las últimas semanas, porque había olvidado que no puedo girar la cara, porque a la que me descuido, se me escapa todo por otro lado.

Después del fin de semana de preparar todo para las fotos y el álbum de comunión, hemos estado repasando, haciendo ejercicios y me he volcado en el repaso de mates y en resolver problemas, pero se nos ha ido un poco de la mano conocimiento del medio.

Hemos vuelto a repasar el tema, del que tenemos examen mañana, y me he dado cuenta de que he fallado: me he centrado en otras cosas que no eran todas las actividades suyas y, aunque ha estado yendo a la academia, y ha hecho los deberes de clase, ha eludido estudiar.

Espero que el examen de mates, que es el que ha hecho hoy,  le haya salido bien porque el de mañana creo que va a salir peor con diferencia. Y esto es el resultado de intentar hacer más cosas de las que  el tiempo te permite. No se puede agarrar el agua en una mano porque al final se te escapa sin que a penas lo notes y sin que puedas hacer nada por evitarlo.

Me siento desmoralizada, decepcionada y hundida y la culpa es mía y sólo mía por no medir bien los tiempos en estos tres últimos días. Pensé que iría mejor de tiempo, que ella me respondería con más positivismo, pero me olvidé que Rocío es como es y eso tardará en cambiar y que cualquier cosa que pueda hacerla evitar estudiar, se volcará en ella.

Tengo miedo, tengo mucho miedo de cada día que yo no pueda estar a su nivel, que no tenga fuerza suficiente para tirar de la cuerda que  me hace que ella siga adelante y de dejarla aparcada para otros menesteres creyendo que por sí sola pondrá ganas de hacer sus tareas.

Quizás el fallo haya sido decir que esta semana, como había exámenes, las gomitas de las pulseras llegarían el fin de semana, para que no se distrajese entre semana con las pulseras y se pudiese centrar más en sus estudios y disfrutase durante el sábado y el domingo de su deseada recompensa.

Pero una vez más, se confirma que a corto plazo las recompensas funcionan, y a largo plazo sólo la hace estar pendiente de lo que pasará en un futuro no tan próximo como ella desearía. Las cosas resultan tempranas o tardías según quien las espere. Es especial y aún no sé dónde están los límites; paciencia.

Gracias por estar ahí y espero mañana estar más positiva.

lunes, 7 de abril de 2014

Jugando, jugando... todo se puede.



Me quedo sin argumentos y no sé si es bueno o me va a dar mal resultado, pero saldré de esto como siempre, con la cabeza alta y...los mejores resultados posibles.

El fin de semana ha estado cargado de emociones y ha sido agotador porque, no sólo hemos estado liadas con la sesión de peluquería, sino también con todo el revuelo de las fotos y, no contentos con eso, el domingo a disfrutar del sol de la primavera en el campo para organizar el espacio del convite.

Hemos tenido unos días agotadores. Tanto ha sido, que esta mañana, los pies de las niñas iban haciendo sendas por la casa.

No había ganas de levantarse, no había ganas de desayunar, no había ganas de vestirse, no había ganas de bajar escaleras....Faltaban energías para todo.

A mediodía, Rocío ha traído unos ejercicios de lenguaje, pero estaba tan apagada que no le he dicho nada cuando se ha sentado a ver la tele porque, su intención era buena, pero la voluntad no la acompañaba.

Sé cuándo tengo que presionarla un poco pero, hoy no era el mejor momento. ¡¡¡Pobrecilla!!!

Al salir del cole a la tarde, hemos hecho una paradita en el parque como todas las tardes antes de ir a catecismo y me he llevado una merienda no muy grata para ella: fruta. En este caso fresas (pero con un poco de azúcar que tampoco soy tan mala, jeje); con el hambre que había dicho tener, y la cara de asco que me ha puesto; pero jugando, jugando, entre ella, Paula y su amiga Laura, se han comido todas las fresas sin problema.

 Y después de Catequesis y de la ducha, y de todo el día ¿quién tiene ganas de hacer deberes? Pues la verdad es que ganas no tenía nadie, pero nos hemos puesto como dos campeonas. Además era una ficha de mates que nos prepara para el examen del próximo miércoles.

Rocío había hecho todos los ejercicios sola, pero faltaba lo más entretenido: los problemas. Cuatro problemas como cuatro soles que iluminaban nuestra hoja. Pero como ya he dicho, somos unas campeonas y hemos salido gloriosas del asunto.

Aunque nos ha costado arrancar y, cada vez que desviaba la atención, Rocío se me perdía, hemos seguido el mismo sistema para todos con dibujos, las tablas para organizar las medidas y un nuevo sistema para que no le cueste discriminar qué tipo  de operación o de operaciones debe realizar según el planteamiento de los problemas.

Por si os sirve de refuerzo, os planteo la idea ligeramente:

Leemos el problema
Lo dramatizamos y exageramos con las manos las acciones. Por ejemplo: un ejercicio hablaba de meter sacos de patatas en una furgoneta que ya tenía cierto peso y había que averiguar el peso total entre el vehículo y la carga y después pasarlo a otra unidad de medida; entonces con una mano hacía postura de hueco horizontal simulando la cavidad del coche y la otra mano cerrada simulaba la mercancía y la encajaba dentro. Si las manos se unen, son acciones equivalentes, entonces es sumar.
En otro que hablaba de pagar y devolver el cambio que sobraba de la compra, el recurso era simular con los dedos juntos el billete de pago y separar unos dedos simulando el pago y apartando los que representan la devolución del cambio restante.
Anotamos los datos convirtiéndolo en un simple ejercicio solucionable sin mayor dificultad.

La verdad es que parecía un mimo, me habría gustado verme por un agujerito y grabarme porque seguro que era digno de los monólogos de la "Paramount Comedy", pero bueno, un día sin energías que hemos logrado solventar y defender de forma positiva. Vamos a aguantar el tirón que las vacaciones están ahí, a la vuelta de la esquina.

No hay día que no aprenda algo nuevo y no deja de ser un placer poder compartirlo con tod@s vosotr@s. Por eso y mucho más, gracias por estar ahí.

domingo, 6 de abril de 2014

Ha nacido un ángel


Estamos muy liados todos con los preparativos para la comunión. Estamos nerviosos pendientes de que todo esté listo para cuando llegue el gran momento.

En casa estamos con todo lo que conlleva preparar la Primera Comunión de Rocío. Realmente creo que es una de las pocas niñas que hace su Primera Comunión por el hecho de comulgar por vez primera y no por los regalos que pueda recibir por parte de familiares y amigos.

Yo nunca le he explicado que cuando alguien celebra su Primera Comunión, es costumbre recibir regalos como si celebrase un cumpleaños,y tampoco ha vivido ninguna de cerca para saber lo que conlleva; bueno, sí lo vivió hace un par de años de una amiga de la familia, pero ella no fue consciente de los regalos que tenía, porque estaban guardados en un armario.

La verdad es que prefiero que sea así, porque no la imagino llamando a todo el mundo diciéndole :"¿por qué aún  no me has regalado nada?". Porque ella es capaz, de hecho, ya lo hace cuando es su cumpleaños y ve a alguien que la felicita, lo primero que le pregunta es si le va a regalar algo.

Creo que está viviendo su Primera Comunión desde el nivel que lo tienen que vivir realmente los niños: desde la inocencia, desde el hecho por el hecho, y no desde el egoísmo de tener más. En este sentido me siento muy orgullosa de mi hija.

Toda la parafemalia que conlleva esta celebración, es un gastazo económico bastante considerable, pero por suerte tenemos la ayuda de mis padres y también la de mis suegros.

A mí no me gustan las celebraciones ostentosas; primero porque no tengo mucho de lo que presumir y, segundo, porque no me gusta que la gente tenga que gastarse un dineral en equipamientos extraordinarios para estas efímeras ocasiones. Lo siento, quizas suene cutre, pero me gusta ser práctica.

Gracias a que puedo contar con el campo de mis padres, el banquete lo celebraré allí, rodeada de toda la gente que es importante para nosotros y que valoran que mi hija haya llegado hasta aquí. De manera que ella sabe que habrá una comida y que vendrá mucha gente, pero realmente no sabe cuál será el volumen de la celebración.

Cuando vea todo el montaje, creo que se quedará espectante y boquiabierta. Y espero que sepa disfrutarlo.

Este fin de semana, le hemos hecho las fotos y, a pesar de las contradicciones que se me presentaban para hacérselas y de todos los malos ratos que he pasado para llegar a este fin, han salido espectaculares: parece que cada lágrima que he llorado para conseguir este momento, se han ido convirtiendo en gotas de una pócima mágica que han hecho que mi sueño se hiciera realidad.

Me conformaba con tener diez o doce fotos en las que saliese bien y, gracias a África, la novia de mi hijo mayor, hemos conseguido un reportaje de ensueño con más de cien fotos.

En ocasiones, cuanto más miedo le tienes a algo, mejor sale todo; quizás en contrapunto de que cuando estás organizando algo con mucha cautela y mucha ilusión, parece que un hilo se rompe y de desvanece todo como si de humo se tratase.

Sólo me queda un mes para celebrar el día de su Primera Comunión y, cada vez que miro sus fotos, no me queda otra que ahogar mis lágrimas y mi emoción con un suspiro, porque aquel ángel que nació para hacernos disfrutar de ella veinticuatro horas y después destrozarnos el alma, hoy sigue siendo un ángel que está con nosotros cuyas alas no se pueden ver, pero su luz se puede sentir.

Gracias hoy a África por su voluntad, su tiempo y su dedicación, porque sin su gesto hoy mi felicidad no sería tan plena.

Y gracias también a quienes hayáis leído esta historia, porque gracias a vosotros, puedo sacar de mí todas las emociones y alzarlas al aire para compartirlas.

jueves, 3 de abril de 2014

La burbuja de cristal



Hoy he tenido que vivir una de las situaciones más complicadas socialmente, de las que me encontraré a partir de estos días.

Ya os dije que rocío quiere ser como las demás niñas de su clase, que quiere gomitas para hacer pulseras como las demás compañeras de su clase y que, mientras hasta ahora sólo se preocupaba de ser la "bebé" y dejarse mimar por las demás, ahora se empeña en hacerse escuchar y buscarse un hueco entre el resto de sus compañeros.

Pienso que parte del espacio social que nuestros hijos encuentren en la calle, depende también del que nosotros le enseñemos a tener. Me explico: no por defenderle más de cara a los demás, va a estar más protegido siempre; no por procurarle siempre que mande en el grupo, conseguirá ser el líder; y no por mimarle en demasía conseguiremos que se le quiera más. No vivimos en una burbuja de cristal y cuanto antes aprendamos eso, más fuertes seremos para vivir.

Nosotros no seremos en la calle lo que nuestros padres quieran que seamos o el espacio que ellos quieran marcar para nosotros, sino que seremos el espacio que nos ganemos y lo que nosotros queramos. ¿cuántas ocasiones se viven en los parques de madres que defienden a sus hij@s ante los demás niñ"s y las demás madres (si eso fuese necesario)? Y ¿Cuántos de estos niñ@s han mantenido el mismo estatus en la calle cuando sus "mamás" ya no están?

Para mí es muy importante el estatus social que Rocío pueda ir adquiriendo en su grupo de edad y por eso soy muy exigente con ella y muy estricta en cuanto a su conducta para que no sea muy pesada, que no se haga pesada, que sepa respetar los turnos de palabra. Todo esto para ella es muy pesado de llevar y el autocontrol es algo que a veces la supera y tenemos que trabajarlo mucho pero, primero debo autocontrolarme yo, y predicar con el ejemplo sino, todos mis esfuerzos acabarían en el vacío.

Ayer Rocío salió a mediodía muy contenta porque había hecho pulseras en la hora del patio con otras amigas de clase, y además, una de ellas le había dado una pulsera de muchos colores, que Rocío, a su vez, le dio a Paula (mi hija pequeña).

Por la tarde, las dos volvieron muy contentas al cole con sus pulseras pero el problema fue a la salida: la dueña oficial de la pulsera había pedido que se la devolviesen y, Paula salió llorando del aula porque una amiguita de su clase (infantil de tres años), se había ido con su pulsera puesta. Problema global: rocío no podía devolver la pulsera porque no la tenía, pero peor aún era que su hermana tampoco la tenía. Esto dio lugar a: ataque de histeria por la noche porque la niña le dijo que si no le devolvía la pulsera..." la mataba."

Es evidente que, entre niñas de diez años, no es más que una forma de hablar, que tampoco puedes estar segura de que las palabras hayan sido esas...en fin, que no lo puedes tomar todo al pie de la letra. De manera que, quitando toda la emoción que pudiese haber de más, me quedaba sólo con que la niña le dejó la pulsera (no fue una donación) y que, lógicamente, quería recuperar lo que era suyo (lo cual me parece también de lo más normal).

Pues la única solución que encontré para Rocío fue la de invitarla a hacerle una pulsera a su amiguita, de manera que si no podíamos devolverle la suya, porque no la teníamos, por lo menos la compensaríamos con otra. Y también le ofrecí la posibilidad a Rocío, de comprar gomitas del mismo tipo que las de la pulsera que tenía su amiga y que las compartiesen en el patio. De esa manera, la niña volvería a tener pulsera, Rocío compartiría tiempo y motivación con niñas de su edad y yo enmendaría el error que habían cometido mis hijas. Y todo arreglado.

Tanto era el miedo de mi hija por volver al día siguiente al cole y tener que enfrentarse con esta niña para decirle que no tenía su pulsera, que me hizo esperar en su fila hasta que entraron a clase para que hablase yo con ella, porque no se veía capaz de explicárselo todo. Pero esta niña, ese día llegó con mucho retraso al cole.

Al salir de clase, esta niña vino a hablar conmigo, preocupada porque Rocío le dijo que yo quería hablar con ella. A pesar de lo que esté pareciendo, esta niña no tiene un carácter fuerte, sino todo lo contrario: nosotras hemos ido muchas veces por la calle y hemos pasado por delante de su casa y la niña llama a mi hija para saludarla y si vamos andando por la calle siempre es muy amable, pero en estos momentos, Rocío la veía como una enemiga en plena guerra.

Cuando hablé con la niña, la vi tan preocupada por lo que pudiera decirle y, a la vez tuvo tanta educación y preocupación en hacerlo, que sólo me pedía a mí misma que supiese utilizar cada palabra que iba a usar.

Le expliqué mi planteamiento sobre las gomitas y las pulseras y le expliqué que Rocío lo toma todo al pie de la letra y que hay formas de hablar, que ella las cree literalmente y eso hace que se preocupe demasiado. Que ella se preocupó porque no le podía devolver la pulsera y no encontraba alternativa ni sabía cómo explicárselo y de ahí que yo debiera hablar con ella. Que hay cosas que a Rocío se le tienen que explicar de forma diferente que a los demás y que cuando volviese a tener algún otro problema con Rocío, me lo preguntase a mí, que yo las ayudaba.

Antes de acabar con toda la parrafada, Paula salió de clase con la "pulsera perdida", y ahí acabó todo el problema.

Ahora la pulsera es un regalo"oficialmente reconocido" para Paula, y mañana Rocío llevará al cole una bolsa de gomitas de colores para compartir con sus amigas en el patio. Y...colorín colorado este cuento se ha acabado.

Gracias por estar ahí y perdón por haber sido tan extensa esta vez, pero no sabía cómo acortar todo lo dicho.

miércoles, 2 de abril de 2014

El fin justifica los medios



Hemos encontrado un estímulo que, mientras dure, nos va a salvar las horas de estudio.

Ahora está de moda en el cole que las niñas hagan pulseras con gomitas de colores y que luego van luciendo y regalando entre todos sus compañeros.

Rocío estaba deseando hacer pulseras porque sus amigas en el cole hacen muchas y de diversos colores. Mi primera intención fue decirle que ella no tenía tiempo de hacer pulseras porque siempre pasamos el día apuradas con los deberes.

Pero reaccioné a tiempo y usé su "capricho" como instrumento de trueque. Le propuse comprarle un paquete de las dichas gomitas si acababa los deberes del día, para ver si realmente le iba a poner interés. 

La vi tan contenta con la noticia y tan emocionada por acabar los deberes, que decidí comprársela mientras ella estaba en la academia para que cuando acabase los deberes por la noche, tuviese su recompensa inmediata y no esperase al mediodía siguiente.

Cuando volvió de la academia, aún le quedaban algunas tareas por terminar y ya estaba cansada, pero después de la ducha se despejó un poco y, cuando intentó rendirse y decir "ya no quiero trabajar más", le enseñé la bolsa de gomitas para hacer las pulseras y su emoción fue tal que empezó a agitarse de forma descontrolada.

Entonces tuve que relajarla y decirle que ese no era el camino, que para conseguirla debía terminar los deberes, pero que si estaba cansada, no pasaba nada, que lo primero es descansar para estar fresca al día siguiente y rendir bien en el cole.

Mi sorpresa fue cuando dijo: "no mamá, que lo quiero terminar ahora". Y así lo hizo. Tuvo la osadía de volver a sentarse frente a su libreta y con total serenidad retomar lo que había dejado hasta acabarlo todo. Es cierto que necesitó un poco de ayuda, pero la pidió de buenas maneras y con una conducta intachable, con templanza a la hora de hacer los ejercicios.

Creo que su interés cambió en el momento en cuanto entendió que el interés por acabar su trabajo era suyo y no mío. Tenía un premio-estímulo inmediato y, además, lo había visto y era lo que ella quería. Podía hacer lo mismo que sus amigas y compartirlo en el patio, como todas las demás. Ahora tenía interés por sentirse igual que el resto de sus compañeras, ya no quería ser la pequeña, la bebé ni la que se deja dominar por el resto, quiere ser Rocío y que las demás sepan que es tan mayor como todas las demás.

No contenta con el resultado de sus tareas escolares, mi hija me volvió a sorprender haciendo ella sola y sin ningún tipo de explicación una pulsera, aunque de forma muy sencilla, pero por su propia iniciativa, con una serenidad que sólo había visto en ella viendo la tele o jugando con el móvil y me demostró que ha encontrado otra actividad  que la invita a concentrarse y no tiene pantalla ni botones.

Espero haber encontrado otra pequeña pieza que me ayude a resolver el puzzle de sus pensamientos, de momento seguiremos luchando, hoy con más ilusión que otros días pero, como siempre, encantada de teneros ahí. 

Muchas gracias otra vez. 

martes, 1 de abril de 2014

Mamá, quiero ser artista



Este fin de semana hemos vivido una novedad para Rocío, y una experiencia gratificante para todos los demás: nos hemos ido a un karaoke.

Fuimos a cenar a un salón que contaba con otra sala adosada con karaoke y, Rocío estaba emocionadísima por cantar en el karaoke. Ella creía que era como cantar en el "sing star", pero cuando vió que habían enormes altavoces, un sinfín de televisores, y un escenario.

El simple hecho de subirse al escenario y verse a la gente frente a ella, ya la emocionaba tanto que no paraba de darse vueltas a los dedos entre sí.

Lo que pasa es que subía con muchas ganas al escenario, pero no conocía las canciones porque eran antiguas. Estaba venga leer las pantallas y sin dejar de mirar a todas partes. Era espectacular las caras de alucine que ponía, se le notaba que estaba disfrutando.

Pero lo mejor de todo llegó cuando pusimos, para nosotros cuatro, la canción de Emilio Aragón: "Susanita tiene un ratón". Como esa sí se la sabía, se lo pasó de cine.

El domingo estuvimos ensayando una obra de teatro que tenía que interpretar en clase de inglés, y estaba entusiasmada porque tenía que ponerse un gorro de bruja y ella era la actriz principal.

La semana pasada tenía que hacer un teatro con otras compañeras de clase y, por alguna desconocida razón, sólo tenía el papel de un perrito que hacía: "woouf, woouf!".

Mientras las demás compañeras se repartieron los textos más elaborados, ella sólo tenía dos palabras y sin dificultad alguna. Yo pensé que sería porque no vocalizaba bien o porque se sofocaba delante de los compañeros, pero según la profesora, había sido sólo estrategia de compañeras y que ellas solas se habían repartido los papeles.

Fuese como fuese, creo que a Rocío le vino bien aparecer poco y sin complicaciones, así que le sirvió para perder el pudor inicial y tomar un poco más de confianza para su segunda salida en escena.

No sé cómo le saldría en clase, pero en casa le salía muy bien, recordaba todo el texto (que en inglés ya tiene mérito), y sabía todo lo que significaba. Cuando consiga hablar con la profesora de inglés, averiguaré qué tal le salió la interpretación en el aula pero, la cara de felicidad con la que bajó las escaleras y la ilusión con la que me enseñó el sello de "ok" que la "teacher" le estampó en el reverso de su mano, a mí me sirvió como un "sobresaliente".

Algunas veces la felicidad no está detrás de una nota, sino acompañada por una sonrisa y una mirada de emoción y entusiasmo.

Hay que dejar una buena base llena de buen sabor para que siga disfrutando de los buenos años de estudios que le quedan por delante. Por duros que sean, juntos conseguiremos que no lo parezcan.

Gracias por ser parte de mi fuerza y por estar al otro lado.