domingo, 27 de abril de 2014

Mamá, mamá,mamá...



Espero que en el blog de hoy, alguien se sientan identificad@, porque esta es una de las facetas que menos me gustan de mi hija.

El viernes tuvimos dentista para Paula y en los veinte minutos que estuvimos en consulta sin parar de hablar de Paula, ella interrumpió la conversación cuatro veces.

Por más que le repita que “cuando los mayores hablan, los pequeños se callan” y por más que le regañe cuando interrumpe para preguntar tonterías, como la hora, qué vamos a cenar, si va a venir alguien a casa o dónde vamos a ir después; siempre tiene que interrumpir las conversaciones ajenas a ella.

Desde pequeña, le gustaba tener a gente en casa aunque ella luego se fuese a ver los dibujos al cuarto. Después fue haciéndose a la gente, se hizo muy sociable y, hasta el día de hoy, que sólo quiere estar rodeada de amigos, dando igual la edad que tengan.

No lleva bien no ser el centro de atención, necesita estar siempre con todo el mundo pendiente de ella, y que todos nos preocupemos por ella: siempre lo suyo tiene que ser lo más importante.

Es increíble la habilidad que tiene para ver las cosas llamativas que hacen los demás, pero para pillar las cosas del cole nos cuesta un poco más. Además empieza a entrometerse en las cosas que no le corresponden y, cuando se organiza todo para que ella pueda compartir la actividad contigo, los cinco minutos ya se ha cansado y se te va para otro lado.

Para estudiar, debe estar acompañada, para no descentrarse, y así va hablando de todo lo que se le cruce por la mente, pero podemos controlarlo porque se expresa y la podemos redirigir su atención. Cuando Rocío no habla, no sé lo que hay en sus pensamientos, entonces si yo interactúo con ella y la hago ser física y mentalmente colaboradora con la tarea que estamos trabajando.

Cuando estamos con otras personas y ella interactúa para llamar la atención, no tengo claro lo que pasa dentro de su cabecita, ni porqué lo hace exactamente, pero poco a poco, conseguiremos descubrirlo.

Lo cierto es que estamos evolucionando mucho; que la estabilidad familiar que tenemos ahora la está ayudando mucho, por eso espero que consigamos unos buenos hábitos, y que su competitividad con Paula (su hermana pequeña), la lleve a luchar por ser cada día mejor que el anterior y dar de sí cualidades de calidades que ella misma no sabe aún que posee, pero que la ayudaremos a descubrir.


Como en cada publicación, gracias por estar ahí y compartir este momento.   

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