miércoles, 30 de abril de 2014

Madres con ilusión, con corazón pero sin derechos



Anoche estuve pendiente de una visita que vino a casa y, me quedé pensando en lo que podría a ser el día a día del futuro de mi hija como el de otras tantas chicas de hoy y de mañana que sean catalogadas como "inmaduras", con grados de distintos niveles, pero temerosas, cuando no impedidas de desarrollar sus roles de madres.

Por desgracia tuve la ocasión de escuchar las palabras entrecortadas por la emoción y el dolor de una abuela que llevaba un año sin poder ver ni saber nada de su nieta, porque, a su hija, diagnosticada con cierto grado de inmadurez, no sé exactamente el nivel, le quitaron al bebé recién nacido para dárselo a otro familiar que la había requerido ya desde el embarazo.

Esta chica ya tiene otro hijo de cuatro años que, mientras vivía con su pareja, padre de los dos niños, fue denunciada junto  a su pareja, por desatenciones al menor y por no disponer la vivienda de las necesidades higiénicas básicas (según les explicaron a la abuela).

En estos casos, Servicios Sociales se lleva a los bebés a un centro de acogida y, tras mantenerlos en observación, valoración y resolución de trámites, durante unas dos semanas, deciden quienes son los familiares más idóneos para dar guarda, custodia y patria potestad a estos menores.

Hasta aquí, y por beneficio de los pequeños, se puede llegar a entender la presión mediática de la acción de los Servicios Sociales, pero ¿por qué negarle a una abuela el derecho de ver  sus nietos, de tener noticias suyas y de no poder ver ni tan sólo una foto?

Conozco otro caso en el que una chica diagnosticada también con "cierto grado de inmadurez",  quedó embarazada de un chico al que ella consideraba su novio, pero de quien la familia sólo opinaba que "no le iba  a hacer ningún bien". El caso es que a poco tiempo de nacer su bebé, este chico murió. Ella quedó sola en casa de sus padres cuidando y criando a su hijo, pero con un inmenso temor de que Servicios Sociales le pudiera quitar a su hijo, porque no la consideraban apta para hacerse cargo de él.

He tenido la ocasión de conocer estos dos casos y supongo que habrá muchos más. En ocasiones queremos ser tan correctos que no nos damos cuenta del daño que estamos haciendo, porque muchas más gente sin ningún diagnóstico de inmadurez, no siente tanto amor por sus hijos como estas personas, aunque necesiten el apoyo de los abuelos para subsanar sus funciones parentales, pero ¿quién no necesita una ayuda, más o menos notable, para educar y cuidar de sus hijos?

Yo he sido hija, madre y espero llegar a vivir el papel de abuela algún día. Quizá de algún bebé por parte de Rocío, que también cuenta con la posibilidad, como estas chicas de ser diagnosticada con un grado de inmadurez, pero no creo que ninguna madre con este diagnóstico esté incapacitada para cuidar y querer a su descendencia, es más, creo que cuanto más infantil se es, más amor se puede dar, independientemente de que socialmente se actúe como se considere correcto.

Hay muchas madres y muchos padres sin estos diagnósticos que tampoco están educando o proporcionándoles a sus hijos lo que necesitan emocionalmente. Estamos aparcando los valores básicos y vitales para dar prioridad a los convencionales y sociales: nos preocupa más ponerle un chupete a un niño en la boca para apagar su llanto mientras compramos cervezas, que abrazarlo para apaciguar su llanto mientras vemos Doraemon; también vemos con mejor cara a los padres que están trasnochando con los amigos mientras los niños están conectados a la tablet, que a los padres que juegan tirados en el suelo con sus hijos y comparten sus emociones.

 Realmente hay educación, valores, amor, respeto en todas estas escenas que acabo de relatar; pero si dejamos por un momento de mirar con nuestros ojos y probamos el punto de vista de los niños, ¿que es lo que necesitaríamos?, ¿es necesario que un niño esté herméticamente separado de su familia biológica porque su madre sea más infantil que otras madres?¿y dónde quedan aparcados los derechos de las abuelas y de los familiares a los que también se les han arrebatado los derechos de comunicarse con su más reciente descendencia?

Este verano he de solicitar una nueva valoración sobre el grado de minusvalía que se le conceda a Rocío. Dependemos de muchas cosas: notas, valoración del psicólogo del cole, valoración de la logopeda del cole y también los informes de distintos especialistas del Hospital La Fe de Valencia. Esta valoración y los grados que le concedan sólo van a servir para rellenar un folio más, porque lo que realmente sirve es tener fuerza cada día para superar cada piedra que la vida te va dejando caer encima, cada una diferente, pero también es verdad, que cada una te hará más valiente y que aprenderás cosas que antes ignorabas y que valorarás otras que antes menospreciabas. Cada día es una experiencia; cada experiencia una lección; cada lección un triunfo y cada triunfo una nueva vida.

Esta vez doy las gracias a todas aquellas personas que luchan por su día a día sea cual sea la valoración que reciban de quienes les rodean y más aún de quienes pasan por su lado mirándolas con "sin-valor" y enhorabuena a quienes valoren los esfuerzos de quienes están a su lado y a su alrededor, porque es posible que sin saberlo, con su mirada de apoyo le estén dando fuerzas para seguir en pie. Por todo esto y mucho más, gracias  por estar ahí.




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