lunes, 7 de abril de 2014

Jugando, jugando... todo se puede.



Me quedo sin argumentos y no sé si es bueno o me va a dar mal resultado, pero saldré de esto como siempre, con la cabeza alta y...los mejores resultados posibles.

El fin de semana ha estado cargado de emociones y ha sido agotador porque, no sólo hemos estado liadas con la sesión de peluquería, sino también con todo el revuelo de las fotos y, no contentos con eso, el domingo a disfrutar del sol de la primavera en el campo para organizar el espacio del convite.

Hemos tenido unos días agotadores. Tanto ha sido, que esta mañana, los pies de las niñas iban haciendo sendas por la casa.

No había ganas de levantarse, no había ganas de desayunar, no había ganas de vestirse, no había ganas de bajar escaleras....Faltaban energías para todo.

A mediodía, Rocío ha traído unos ejercicios de lenguaje, pero estaba tan apagada que no le he dicho nada cuando se ha sentado a ver la tele porque, su intención era buena, pero la voluntad no la acompañaba.

Sé cuándo tengo que presionarla un poco pero, hoy no era el mejor momento. ¡¡¡Pobrecilla!!!

Al salir del cole a la tarde, hemos hecho una paradita en el parque como todas las tardes antes de ir a catecismo y me he llevado una merienda no muy grata para ella: fruta. En este caso fresas (pero con un poco de azúcar que tampoco soy tan mala, jeje); con el hambre que había dicho tener, y la cara de asco que me ha puesto; pero jugando, jugando, entre ella, Paula y su amiga Laura, se han comido todas las fresas sin problema.

 Y después de Catequesis y de la ducha, y de todo el día ¿quién tiene ganas de hacer deberes? Pues la verdad es que ganas no tenía nadie, pero nos hemos puesto como dos campeonas. Además era una ficha de mates que nos prepara para el examen del próximo miércoles.

Rocío había hecho todos los ejercicios sola, pero faltaba lo más entretenido: los problemas. Cuatro problemas como cuatro soles que iluminaban nuestra hoja. Pero como ya he dicho, somos unas campeonas y hemos salido gloriosas del asunto.

Aunque nos ha costado arrancar y, cada vez que desviaba la atención, Rocío se me perdía, hemos seguido el mismo sistema para todos con dibujos, las tablas para organizar las medidas y un nuevo sistema para que no le cueste discriminar qué tipo  de operación o de operaciones debe realizar según el planteamiento de los problemas.

Por si os sirve de refuerzo, os planteo la idea ligeramente:

Leemos el problema
Lo dramatizamos y exageramos con las manos las acciones. Por ejemplo: un ejercicio hablaba de meter sacos de patatas en una furgoneta que ya tenía cierto peso y había que averiguar el peso total entre el vehículo y la carga y después pasarlo a otra unidad de medida; entonces con una mano hacía postura de hueco horizontal simulando la cavidad del coche y la otra mano cerrada simulaba la mercancía y la encajaba dentro. Si las manos se unen, son acciones equivalentes, entonces es sumar.
En otro que hablaba de pagar y devolver el cambio que sobraba de la compra, el recurso era simular con los dedos juntos el billete de pago y separar unos dedos simulando el pago y apartando los que representan la devolución del cambio restante.
Anotamos los datos convirtiéndolo en un simple ejercicio solucionable sin mayor dificultad.

La verdad es que parecía un mimo, me habría gustado verme por un agujerito y grabarme porque seguro que era digno de los monólogos de la "Paramount Comedy", pero bueno, un día sin energías que hemos logrado solventar y defender de forma positiva. Vamos a aguantar el tirón que las vacaciones están ahí, a la vuelta de la esquina.

No hay día que no aprenda algo nuevo y no deja de ser un placer poder compartirlo con tod@s vosotr@s. Por eso y mucho más, gracias por estar ahí.

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