miércoles, 9 de abril de 2014

Agua entre los dedos



Esta tarde ha sido una de las más decepcionantes de las últimas semanas, porque había olvidado que no puedo girar la cara, porque a la que me descuido, se me escapa todo por otro lado.

Después del fin de semana de preparar todo para las fotos y el álbum de comunión, hemos estado repasando, haciendo ejercicios y me he volcado en el repaso de mates y en resolver problemas, pero se nos ha ido un poco de la mano conocimiento del medio.

Hemos vuelto a repasar el tema, del que tenemos examen mañana, y me he dado cuenta de que he fallado: me he centrado en otras cosas que no eran todas las actividades suyas y, aunque ha estado yendo a la academia, y ha hecho los deberes de clase, ha eludido estudiar.

Espero que el examen de mates, que es el que ha hecho hoy,  le haya salido bien porque el de mañana creo que va a salir peor con diferencia. Y esto es el resultado de intentar hacer más cosas de las que  el tiempo te permite. No se puede agarrar el agua en una mano porque al final se te escapa sin que a penas lo notes y sin que puedas hacer nada por evitarlo.

Me siento desmoralizada, decepcionada y hundida y la culpa es mía y sólo mía por no medir bien los tiempos en estos tres últimos días. Pensé que iría mejor de tiempo, que ella me respondería con más positivismo, pero me olvidé que Rocío es como es y eso tardará en cambiar y que cualquier cosa que pueda hacerla evitar estudiar, se volcará en ella.

Tengo miedo, tengo mucho miedo de cada día que yo no pueda estar a su nivel, que no tenga fuerza suficiente para tirar de la cuerda que  me hace que ella siga adelante y de dejarla aparcada para otros menesteres creyendo que por sí sola pondrá ganas de hacer sus tareas.

Quizás el fallo haya sido decir que esta semana, como había exámenes, las gomitas de las pulseras llegarían el fin de semana, para que no se distrajese entre semana con las pulseras y se pudiese centrar más en sus estudios y disfrutase durante el sábado y el domingo de su deseada recompensa.

Pero una vez más, se confirma que a corto plazo las recompensas funcionan, y a largo plazo sólo la hace estar pendiente de lo que pasará en un futuro no tan próximo como ella desearía. Las cosas resultan tempranas o tardías según quien las espere. Es especial y aún no sé dónde están los límites; paciencia.

Gracias por estar ahí y espero mañana estar más positiva.

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