A veces piensas en lo duro que es tener un hijo o una hija con problemas de salud, físicos y educativos, pero si te involucras en el mundo de la enseñanza y te haces eco de todos los problemas que existen a tu alrededor, te das cuenta de lo importante que es "saber".
Con "saber" me refiero a poder ver cosas en tu hij@ que otros padres, por desconocimiento normal, no saben percibir; querer ayudar a tu hijo a que sea mejor cada día, pero no saber que pautas emplear; querer reforzar su enseñanza y no poder.
Aunque era evidente que Rocío no era la única niñ@ del cole que necesita logopedia, hasta que no conoces a otros niños de logopedia, pedagogía técnica o refuerzo educativo, te sientes como un náufrago en medio del océano.
Cada historia que voy conociendo, me hace más sensible, pienso en cómo podría ayudar a esos papás y mamás a entender la situación de sus hijos y a ponerse en su lugar. Darles tranquilidad para que estén apoyando a su descendiente y no lamentándose o lanzando pestes contra el profesorado.
Hoy he conocido un caso de un niño hiperactivo y, es sorprendente ver cómo sus ojos te piden que le des más información, para saber más y su cuerpo no para quieto; cómo le vas repitiendo la misma sílaba en fonema y grafía, y no es capaz de repetirla a pesar de ver en sus ojos que quieren más.
Me estoy planteando ser mediadora o enlace entre padres/madres y profesores, para que en este centro haya más comunicación cole - casa. Lo cierto es que yo no tengo problemas con nadie, pero juego con la ventaja de saber que preguntar y me gustaría poder ayudar a otros padres a saberlo también.
Puede que sea una actitud un poco suicida para alguien que no tiene tiempo libre, pero soy incapaz de ver a alguien en apuros y girar la cara al lado contrario como si no me importase: si me lo cuentan, me ofrezco; y si me necesitan, ayudo. Siempre viene bien una mano amiga que te de apoyo y que entienda por lo que un@ está pasando.
Gracias por vuestro tiempo y hasta ya.
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