martes, 20 de mayo de 2014

In English, please



Ayer tuve una cita con la profesora de Inglés de Rocío para ver cómo había salido su examen. En principio me comentó que estaba bastante flojito, lo cual me sorprendió porque estábamos repasando toda la semana y lo llevaba bastante bien.

El Inglés es una asignatura que le gusta mucho porque implica mucha repetición y la profesora la lleva de una forma muy activa y participativa, entonces a ella le encanta poder decir lo mismo de otra forma diferente. Además le encanta hablar y participar mucho en clase; no le importa  equivocarse, le importa no estar en un lugar del aula estática como si fuese un jarrón.

La profesora es bastante activa y le gusta hacer muchos teatrillos con los alumnos y, creo firmemente, que esa es una forma muy interesante de hacerse con la atención y el interés del grupo.

Llegué a plantearle, antes de ojear el examen, retirarla de las clases de Inglés si veíamos que podía ser un problema para ella; si realmente se descolgaba mucho del grupo. Pero me dijo que por nada del mundo debía quitarla del inglés, porque aunque a veces no saquen notas altísimas, eso no significa que estén desaprovechando su tiempo. Yo pienso igual, y mientras las cosas no se compliquen demasiado con el idioma, le seguiré concediendo el beneficio de la duda.

Cuando llegamos a la localización del examen, me comentó que hizo unos pequeños cambios para que no coincidiesen los ejercicios con los del libro, y ahí fue donde patinamos con los resultados.

A falta de comprobar el "listening", una de las preguntas del control, eran sobre los horarios de las asignaturas. Para que pudiesen utilizar todo el vocabulario, les alteró las horas y las asignaturas. Fue entonces cuando entendí las respuestas que me dió Rocío al preguntarle por el examen.

Intentaba explicarme de forma muy nerviosa y alterada, que las horas no eran así y que la profe decía  P.E. (phisichal education) , y no era así, porque decía Geography, y eso sí era, pero lo otro no. Y no lo entendía.

Yo tampoco entendía su desespero para hacerse entender, pero ahora entendía lo mal que lo pasaría la pobre niña cuando llegó al examen y vio los cambios propuestos. ¡¡¡Pobrecilla,  qué mal lleva los cambios que se escapan a su lógica!!!

Revisamos el otro cambio que había planteado la "teacher", y pudimos comprobar que, ella respondió a las preguntas propuestas exactamente como lo hizo en el ejercicio del libro, pero ese cambio de última hora, sólo le sirvió para alterar el modo de la respuesta, de manera que duplicó la respuesta, porque no entendió que al cambiar la fórmula de la pregunta, cambia la fórmula para la respuesta.

Lo que quizás otros niños entendieron el cambio en dos minutos de explicación, ella se quedó en ¿que ha pasado que está distinto?,¿por qué está cambiado?¿ahora qué?pues...ya no lo entiendo.

Después de más de una hora de conversación, la profesora y yo nos agradecimos el mutuo interés y la predisposición de ambas. Es maravilloso poder contar con la colaboración de ambas partes para beneficio de los pequeños.

Hoy es un día de buenas noticias, entre comillas, quedamos con buen sabor de boca. Para que no todo sea malo: una de cal y una de arena. Gracias por estar ahí compartiendo cada una de estas letras.

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