domingo, 23 de febrero de 2014

A nosotras también nos cuesta estudiar.


Este es un camino que empieza a ser andado con estas palabras:

Este espacio pretende servir de ayuda y consejo a todos aquellos padres y a todas aquellas madres que, como yo, tengan a su cargo un hijo o hija con alguna minusvalía leve o moderada y que no consiga alcanzar el nivel medio del grupo escolar al que pertenece.

Hay momentos en los que creemos que nuestros pequeños amores no rinden más en el cole porque sólo piensan en jugar y en ver la tele. En algunas ocasiones es así, y en otras, es que no consiguen imantar para sus conocimientos más información de la que les rodean.

En mi caso cuento con una niña de nueve años a la que le diagnosticaron, con tan sólo un mes de vida, una de las denominadas enfermedades raras : Síndrome  de DiGeorge. No voy a entrar en esta presentación contando todos los detalles de dicha enfermedad, pero resumiré brevemente la situación de Rocío: está operada de corazón, de pulmón, de riñón, de paladar, de una hernia y también un cateterismo.

Clínicamente es una niña que ha nacido con muchas dificultades, pero gracias a los quirófanos y a los doctores y cirujanos que en ellos han procedido, Rocío está con nosotros y sin ninguna medicación imprescindible.

Socialmente es una niña muy amable, en ocasiones demasiado, muy alegre, muy conversadora y con muchas ganas de estar siempre rodeada de gente y, si además, ella puede procurarse ser el centro de atención, mejor.

Escolarmente hablando...ahí ya patinamos. En el cole es una de las niñas que van alegremente porque es un centro de reunión social (para ella), pero no acababa de entender que debía prestar atención y desenvolverse por sí sola, además de adquirir cierto sentido de la responsabilidad.
 
Gran parte del problema que tiene Rocío con los estudios, considero que vienen dados de la sobreprotección que le hemos brindado  todos los que la hemos cuidado desde el primer día.
 
Caemos en la errónea idea de: "pobrecita, ella no puede"; pero esa sobreprotección lo único que le ha servido es para ser cada día más débil.
   
Yo llevo cerca de cinco años luchando contra su frase: "no sé, no puedo". Es su escusa perfecta para que los demás se lo hagamos todos. Me ha costado horrores hacerle entender que nadie sabe nada y que todos aprendemos todo. Unos aprendemos con dos repeticiones y otros con doscientas, pero todos podemos aprender lo mismo.

Compartimos nuestras horas de estudio con un déficit de atención y una hiperactividad interior bastante considerable, de manera que cada ejercicio se convierte en una auténtica odisea cuando su cabeza está llena de ilusiones o de preocupaciones.

Antes de empezar a estudiar siempre tenemos una "conversación de desahogo", que nos sirve para depurar su cabecita de todas las emociones que traiga de la calle. Al mismo tiempo vamos sacando los libros y el material del cole e intentamos hacer repaso de los ejercicios que trae y, con mucha ilusión por intentar explicarme lo que ha dado en clase, empieza nuestra tarea escolar.

Esta es mi presentación y este es mi primer paso compartido con quienes querais ser partícipes de ello, ya que cada día iré contando cómo ha sido nuestra tarde de estudio aquí en casa, además de su rato de academia casi diario.

Gracias por estar ahí.

4 comentarios:

  1. Gracias, toda información nos vendra muy bien para lo que venimos por detras..gracias

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  2. ¡Ánimo Yolanda! Sigue con este proyecto tan bonito, que puedes ayudar a mucha gente ;)

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  3. Gracias por vuestro apoyo, espero que sea útil para quienes lo lean ;-*

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