miércoles, 11 de junio de 2014

Tic, ta;, tic ,tac; tic, tac...



Estamos empezando una fase nueva; estamos empezando a tener en cuenta el tiempo y su velocidad en el reloj.

Antes de su Primera Comunión,  Rocío aprendió, no muy bien,  a leer las horas en el reloj analógico.  Y cuando sus primos le regalaron el reloj, le hizo tanta ilusión,  que durante las vacaciones de Semana Santa le dejé disfrutar de su regalo.

Ahora, como regalo de fin de curso,  el AMPA (asociación de madres y padres de alumnos) les ha proporcionado un reloj a cada alumno,  salvo a los niños de infantil. Y Rocío está encantada con su regalo.

Como todas las novedades que conllevan poco esfuerzo, mucha repetición y continua escusa para hablar con los demás le gusta decir la hora que le refleja su reloj, es más,  lo dice tanto en español como en inglés.  No sé si el reloj va a ser un buen motivo para centrarse mejor y controlar su ansiedad sobre el paso del tiempo,  o puede ser una distracción constante que hará que de desvíe su atención.

Sea como sea, estamos viviendo algo nuevo;  algo a lo que yo creía que Rocío tardaría más en adaptarse, pero ha sido uno de los aprendizajes que mejor ha interiorizado.  La verdad,  es que últimamente está teniendo conductas mucho más maduras que hace unos meses, y me alegra mucho esos pequeños cambios que para nosotr@s es tan importante para enfrentarse a cada novedad compleja que se nos vaya presentando.

Hoy me quedo con este buen sabor de boca y agradeciendo que siempre esteis ahí.

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